Costos de la educación universitaria de calidad

Publicado el 22 de abril de 2019 a las 10:20 Ningún comentario

Romel Jurado Vargas

romelgsd@hotmail.com

Tener hijos en edad de entrar a la universidad se ha convertido en un tema central que puede desequilibrar la estabilidad económica de las familias del Ecuador. Por una parte, las plazas en las universidades públicas no son suficientes para atender la demanda de los jóvenes que quieren estudiar, especialmente, ciertas carreras como medicina, ingeniería, arquitectura, odontología o derecho.

En este escenario, los padres y los propios jóvenes creen que la única opción que les queda es entrar en una universidad privada, cuyo costo por semestre oscila entre los 2.800 a los 6.500 dólares, sumando colegiatura y matrícula.

Si tenemos en cuenta que la gran mayoría de carreras toman 10 largos semestres, más los derechos de grado, tenemos que el costo de su realización va de los 30.000 a los 70.000 dólares. Eso, sin contar con la posibilidad de que los estudiantes pierdan ciertas materias y tengan que volver a pagar el costo de cursarlas.

Por otra parte, la mayoría de los hogares tienen dos hijos, lo cual implica que deben disponer de 140.000 dólares para educarlos en la universidad privada más costosa y 60.000 dólares para hacerlo en la más barata, sin tomar en cuenta los gastos de alimentación, vivienda (si son de provincia), vestido, libros, transporte, tecnología, materiales didácticos o instrumental, entretenimiento, etc.

Pero, la verdad es que existen excelentes opciones de educación a mucho menor costo. Tomar esas opciones depende de factores culturales y del transcurso del tiempo. Ese proceso se puede acelerar si usted hace un análisis inteligente de sus opciones.

En efecto, aproximadamente hace dos décadas Estados Unidos y Europa han entendido que el aprendizaje a través de las plataformas virtuales de educación (e-learning) en sus universidades es de tan buena o de mejor calidad que el de la educación presencial, por las siguientes razones:

  • La mayoría de los profesores son PHD o Doctores en la rama del conocimiento en que hacen docencia o profesionales destacados, en el caso de impartir estudios propios.
  • Todos los profesores son investigadores consolidados que tienen varios artículos indexados en las revistas científicas de mayor nivel en el mundo.
  • Se tiene planificada, con enorme detalle, cada clase.
  • El profesor/a escribe los contenidos de cada clase y comparte lecturas, bibliografía, audios, presentaciones y vídeos en cada clase.
  • Se cuenta con sesiones semanales de tutoría con el profesor.
  • Se tiene foros semanales entre estudiantes y profesor.
  • Se tiene foros de discusión y estudio entre estudiantes.
  • Se desarrollan destrezas tecnológicas para la localización y aprovechamiento del conocimiento especializado en cada carrera.
  • Se puede asistir virtualmente a conferencias de los más grandes expertos globales en la rama o profesión que se estudia.
  • La metodología de cada curso es clara y está planteada por escrito al igual que los mecanismos de la evaluación.

Lastimosamente, todas estas cosas no siempre suceden en la educación presencial, ni pública ni privada en Ecuador, porque se sigue dando clases de la misma manera que se hacía hace dos mil quinientos años: un disertante llamado profesor, realiza un monólogo dirigido a los estudiantes, que escuchan con mayor o menor atención.

Por otro lado, la endogamia en las universidades públicas hace que muchos profesores poco calificados, que no tienen dominio o tan siquiera conocimientos básicos de TIC ni de las redes académicas de investigación científica, se mantengan en puestos que podrían ser ocupados por profesores jóvenes mucho mejor capacitados.

Por su lado, las universidades privadas, en el afán de maximizar sus utilidades, han precarizado a sus profesores obligándolos a dar una enorme cantidad de clases en más de tres materias distintas a la vez, hacer trabajos administrativos y armar nuevos programas para ampliar la oferta académica.

Por estas razones, la educación presencial en las universidades privadas del Ecuador resulta de menor calidad y a un precio muy, muy elevado.

En efecto, el costo de la educación virtual en la universidad pública de España, por ejemplo, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), es de 774 euros por cada curso. Una carrera se termina en 4 cursos de 9 meses de duración. Es decir que el costo total de la carrera es de 3.096 euros, unos 3.478 dólares.

Esta educación universitaria pública, virtual y de alta calidad, que otorga títulos reconocidos en casi todo el mundo, cuesta 17 veces menos que la educación privada, presencial y de baja calidad que ofrecen las universidades particulares más costosas del Ecuador, y cuyos títulos no suelen ser convalidados, para fines laborales, en casi ningún lugar del mundo desarrollado.

La elección siempre será de los padres de los estudiantes, pero, al parecer, tanto por razones de costo, calidad de la enseñanza, validez geográfica de la titulación y oportunidades reales de inserción laboral, cada vez más los estudiantes universitarios del Ecuador se educarán mediante modalidad virtual en universidades extranjeras.      

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